Hace rato que Edwin Encarnación sabe que vive de los jonrones como Cristiano Ronaldo de los goles. De ahí que solo necesita ocho para convertirse en el jugador 56 en la historia que alcanza el umbral de los 400 bambinazos.
Con 36 años y en su temporada 15 en las Grandes Ligas el romanense la tiene complicada para pescar los US$20 millones pendientes de su contrato firmado con los Indios en 2017, ya que es una opción que tendría que ejercer el equipo con el que termine el curso.
¿Cuántas veces habrá querido cambiar el tiempo y decir que sí a esa supuesta oferta de casi US$80 millones que rechazó de los Blue Jays en 2016? La mejor que llegó luego fue la que aceptó desde Ohio que le garantizó US$60 millones, que incluye un buyout (pago único) de US$5 MM para el caso de no ejercer la opción.
De ahí que el recio toletero se ha ocupado con aciertos de demostrar que le queda en la reserva del tanque ese poder que lo hace el máximo jonronero de esta década (313), en unos Marineros en reconstrucción donde llegó en diciembre vía triple cambio y donde se dudó hasta el último momento que comenzara la temporada en el club.
Encarnación entró a la jornada del jueves ante los Mellizos con 12 cuadrangulares en 146 turnos, la menor cantidad que ha requerido para lograr ese número de palos de cuatro bases desde 2012 cuando lo hizo en 141 y terminó el curso con 42 vuelacercas, su marca personal.
Un pelotero que suele requerir del calor del verano para calentar los motores (abril es segundo mes donde menos jonrones ha pegado con 56), la versión 2019 de Encarnación es una a tomar en cuenta para el mercado de cambios en julio, por un equipo necesitado de un bateador designado de poder.
Vida más allá del BD
Pero la salida de Cleveland, donde solo disputó 53 choques a la defensa en primera base en dos temporadas, le ha devuelto el tiempo de juego en la inicial (28 partidos contra 12 de DH y hasta uno en la intermedia), un movimiento que puede abrir su abanico de oportunidades más allá de la Liga Americana.
Su bajo promedio (.219) hace rato que se pasa de largo, aunque esta vez su ratio de boletos (27, ninguna intencional) con respecto a ponches (33) le ayudan a mejorar el porcentaje de embasarse (.350), con 29 vueltas anotadas y 28 remolcadas.
Algunos lo ubican en Houston, donde alternan a Yuli Gurriel y Tyler White como designado, y hay una finca donde todavía quedan prospectos de calibre para unos Marineros que no le ven sentido pagarle el salario completo a Edwin de US$21,667,000 en un curso en el que el libreto no incluye competir.
Encarnación llegará a 2020 con 37 años, confinado al espectro derecho del cuadro, por lo que sus opciones se limitan a buscar contratos tipos David Ortiz en su último lustro o Nelson Cruz como caso más reciente.
Proyecta batir su marca
Encarnación proyecta pegar 43 jonrones, basado en los turnos agotados y el ritmo que lleva de acuerdo con ESPN, que sería su cifra máxima en una temporada. En 2016, segunda ocasión que pegó 42 y con 33 años, no fue sino hasta el cinco de junio cuando llegó a los 12 que ya acumula y necesitó 222 turnos, lejos de los 146 de este 2019.