Angela Merkel llama a la resistencia contra el extremismo en el 75 aniversario del atentado fallido contra Hitler
La canciller recuerda que el derecho de resistencia está consagrado en la Carta Magna, «como lección extraída del pasado que no se puede olvidar».
Hay momentos en los que la desobediencia es un deber. Ése es el mensaje aleccionador que la canciller Angela Merkel ha transmitido hoy a los soldados de la Bundeswehr (Ejército alemán) con motivo del 75 aniversario del atentado fallido a Adolf Hitler por un grupo de oficiales, que con el paso del tiempo pasaron de traidores a héroes.
En una ceremonia que combinó la jura de bandera de 400 nuevos reclutas y el homenaje a los participantes en la llamada ‘Operación Valquiria’ contra Hitler, reunidos en torno a la figura de Claus von Stauffenberg, la canciller recordó que el derecho de resistencia está consagrado en la Carta Magna, «como lección extraída del pasado que no se puede olvidar».
Merkel recordó que Stauffenberg y su grupo no podían acogerse a ese derecho, y sin, embargo se atrevieron a intentar derrocar el régimen nacionalsocialista de injusticia, plenamente conscientes de las consecuencias personales. «Esa actitud de valentía es un ejemplo a seguir hoy, nos insta a seguir atentos y a oponernos al extremismo de derecha, al antisemitismo y al racismo en todas sus manifestaciones. Eso es también servicio a nuestro país», dijo.
La canciller no necesitó ser mas explícita. Los delitos de violencia de la extrema derecha han aumentado en Alemania, el Ejército, como espejo de la sociedad no es impermeable a esa ideología y el populista Alternativa para Alemania (AfD) crece como fuerza política. Se perfila incluso como ganadora de las elecciones que se celebrarán el 1 de septiembre en los estados federados de Brandeburgo y Sajonia.
Merkel tampoco necesitó mencionar el reciente asesinato a manos de un neonazi del acalde de la cuidad de Kassel, Walter Lübcke. Mientras ella asistía a la ceremonia, casi 8.000 personas se manifestaban en Kassel contra el extremismo y en respuesta a una concentración anunciada por el pequeño partido «La Derecha».
Para esa formación la fecha elegida, el 20 de julio, no era casual. La ultraderecha alemana ha intentado apropiarse de la controvertida figura de Stauffenberg y establecer un paralelismo entre el «patriota» que intentó salvar Alemania de la destrucción total con «los patriotas» que intentan preservar el país del caos migratorio. La AfD se ha sumado a ese discurso. Resistencia contra Hitler igual a resistencia a Merkel.
LA HISTORIA CON FINES PARTIDISTAS
El manejo de la Historia con fines partidistas ha sido una constante en la AfD y la figura de Stauffenberg, el héroe que necesitaba la Alemania de posguerra para redimir la inacción general, no es una excepción.
El pasado año, uno de los líderes de Joven Alternativa, la rama juvenil de AfD y la más radical, calificó a Stauffenberg de «traidor». Lars Steinke fue expulsado por ello, siguiendo la recomendación del líder nacional, Alexander Gauland, el mismo que calificó los años del nacionalsocialismo tan insignificantes en la larga y grande Historia de Alemania como una «cagada de pájaro».
«Afirmaciones como la del señor Steinke no tienen cabida en AfD. Stauffenberg es un héroe de la Historia alemana», dijo entonces Gauland.
Coinciden los historiadores en que la resistencia contra Hitler en el ejército no era un movimiento de masas. En 1944 la Wehrmacht contaba con entre 8 y 9 millones de soldados y cerca de un millar de generales y almirantes. En la operación Valquiria del 20 de julio de 1944 participaron unas 200 personas. Y si a eso se añade que el objetivo del grupo no era instaurar una democracia parlamentaria sino, como afirma el historiador Thomas Karlauf, detener una guerra que sabían perdida, pactar con los Aliados y establecer una dictadura militar, la resistencia a Hitler estaba fuera del Ejército, en la izquierda.
Merkel recordó en su discurso de homenaje a los hermanos Sophie y Hans Scholl y a todos aquellos que desde el movimiento «Rosas Blancas dieron su vida en la Alemania nazi tratando de evitar lo que finalmente sucedió. La fecha para el recuerdo, sin embargo, fue el atentado fallido del 20 de julio. Podría haberse elegido el perpetrado del 8 de noviembre de 1939 en Múnich por el relojero y carpintero Georg Elser o cualquiera de los otros 42 a los que sobrevivió el dictador.
Para el historiador Stephan Malinowski la razón de esa elección la dio la cuna. Stauffeberg nació en el seno de una familia noble y tras la guerra a la nobleza alemana le interesó posicionarse del lado de la resistencia para legitimarse. Los otros no tenían lobby.