César Milani antes de la sentencia en La Rioja: “No me hacen daño a mí, se lo hacen al Ejército”
El juicio oral y público por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica en La Rioja, que tiene al exjefe del Ejército César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani como uno de los acusados, tendrá veredicto pasado el mediodía de este viernes.
Hace dos semanas la querella de la familia de Pedro y Ramón Olivera había pedido una condena de veinte años de prisión para Milani, igual que para el exjuez federal Roberto Catalán. También pidieron doce años de prisión para el teniente Alfredo Santacrocce, entre otros pedidos de condena.
Luego, la semana pasada, la Fiscalía pidió que se condene a 18 años de prisión a Milani, acusado junto a otros doce imputados por los secuestros y las torturas sufridas por Pedro Olivera y su hijo Ramón durante la dictadura.
Al comienzo de la audiencia de este viernes, pasadas las 9:30, Milani y sus doce compañeros de banquillo hicieron uso de su derecho a decir unas últimas palabras antes de la sentencia del Tribunal Oral Federal de La Rioja.
“Un castigo al Ejército Argentino”
Milani eligió para sus últimas palabras no hablar de los hechos por los que se lo acusa sino realizar una especie de arenga nacionalista con tintes discursivos propios del peronismo.
“Los hechos que se me imputaron en este proceso” son “producto de una campaña política, mediática y judicial inédita contra un jefe del Ejército”, arrancó Milani. Y agregó que solo utilizaría el derecho a las últimas palabras “para reafirmar mi firme convicción de que con mi injusta y arbitraria detención y las falas acusaciones que vengo sufriendo hace seis años, más que hacerme un daño a mí se le ha infligido un castigo al Ejército Argentino, privándolo de la posibilidad de una reconciliación definitiva con el pueblo de que se nutre”.
Para Milani, juzgando los crímenes de lesa humanidad sufridos por quienes querellaron contra él, también se “priva” al Ejército “de una definitiva recuperación de capacidades que se había comenzado en el año 2013”, en referencia a cuando fue designado por Cristina Fernández de Kirchner jefe de esa fuerza armada.
Milani dijo que siempre soño con “un Ejército grande en una patria grande. No creo, como lo dije en mis intervenciones anteriores, en un Ejército al servicio de intereses o proyectos internacionales que únicamente sirven a grupos concentrados de poder, conservadores y elitistas alejados de los grandes intereses nacionales”.
“Siento que con las acusaciones, calumnias e injurias hacia mí y las convicciones nacionalistas que represento, seguido de mi privación de la libertad y el sometimiento a este proceso, se ha pretendido ahogar quizás el último gran intento de lograr un Ejército defendiendo los grandes proyectos nacionales y populares”, afirmó Milani, siempre sin mencionar los graves hechos de violaciones a los derechos humanos de los que se lo acusó en este juicio y en otros que vendrán.
Y a renglón seguido agregó que ese tipo de Ejército del que habla también fue soñado por “nuestros verdaderos héroes, nuestros caudillos federales y nuestros grande líderes populares como el General Perón”.
El exjefe del Ejército defendido por el kirchnerismo pese a las acusaciones de genocida, dijo que cree “firmemente en Dios, que algún día juzgará nuestros actos. Por eso estoy tranquilo, vistiendo con orgullo el uniforme de la patria, seguro de que me asiste la verdad y la razón. Espero que a partir de hoy también la justicia con un veredicto de absolución que reinvindique mi buen nombre y honor”
“No me van a quebrar”, finalizó Milani, “sigo creyendo en una patria grande, justa, libre, soberana y también sigo creyendo que en esta patria hay jueces justos y honorables”.
Cuando terminó de hablar, el Tribunal dictó un cuarto intermedio hasta las 13 horas, donde volverá al recinto y dará a conocer el veredicto.