El próximo megaterremoto en EE.UU. puede ocurrir dentro de menos de 30 años y los geólogos apuntan a la falla de San Andrés
Una sección en forma de escalera de esa falla, ubicada en California, es donde podría producirse la potencialmente catastrófica liberación de energía.
Una parte de la falla de San Andrés, al sur de California, es la candidata más probable a generar un gran terremoto en EE.UU. en los próximos 30 años, según se desprende de un estudio publicado poco antes de los fuertes sismos que han azotado a ese estado en estos días.
En detalle, un equipo liderado por la geóloga Susanne Jänecke, de la Universidad Estatal de Utah, señala como el punto de una potencial liberación de energía una particular sección de 25 kilómetros de longitud cercana a la frontera con México, la cual ha mostrado poca actividad en los últimos 300 años.
«Se pensaba que el posible sitio de nucleación era un área pequeña cerca de Bombay Beach en California, pero nuestro trabajo sugiere que puede haber un ‘fusible’ más largo hacia el sur», asevera Jänecke, detallando que un terremoto en ese lugar podría ser incluso más potente en relación con las estimaciones realizadas en el pasado sobre la falla de San Andrés.
En forma de escalera
La científica explica que el sitio en cuestión alberga dos ramificaciones importantes de la falla posicionadas casi en paralelo, con otras fracturas que las atraviesan de forma transversal similar a la estructura de una escalera.
Apodado como Escalera Durmid por los investigadores, el área se ubica a unos 300 kilómetros al sur-sureste del epicentro de la última réplica del terremoto de este 4 de julio, el más potente en la zona en más de dos décadas, ocurrido en una falla tectónica distinta.
Esa estructura fue descubierta gracias a una documentación exhaustiva de la falla de San Andrés en los últimos ocho años, publicada en junio en la revista científica Litosphere. El trabajo incluyó análisis de fotografía aérea de alta resolución, imágenes en falso color, tomografías geofísicas y perforaciones ‘in situ’.
«No está claro [cómo] los terremotos anteriores interactuaron con esta estructura y eso hace que su comportamiento futuro sea difícil de predecir», subrayó Jänecke, añadiendo que «afortunadamente» esta se extiende a través de una zona localizada «más lejos de los principales centros de población» de lo que se pensaba.