La autora es periodista. reside en Estados Unidos
Buscamos visa para un sueño, sí, como escribió nuestro gran artista Juan Luis Guerra. Y es que ese afán de progreso, estabilidad financiera y el deseo inmenso para ayudar a la familia es el principal motor que nos mueve a tomar la decisión de salir de nuestra tierra, a sabiendas de todo lo que dejamos atrás.
Para nosotros como dominicanos, lo más cercano para lograr ese sueño anhelado es Puerto Rico, a pesar de su recesión económica, desempleo y de que continúa su recuperación post huracán María, en cuyo esfuerzo se han sumado nuestros quisqueyanos.
La celebración del Día Internacional del Migrante hoy 18 de diciembre nos motiva a reflexionar sobre la integración social, un llamado que hace la Organización Internacional para las Migraciones para aplaudir a las comunidades migrantes.
El esfuerzo del dominicano es constante, trabaja de sol a sol, no le pesan los años, ni los achaques de la vejez, siempre que pueda llevar a su hogar el sustento diario que, en muchos de los casos, es compartido con una pareja de origen puertorriqueño.
Hace algunos años, en un evento cultural en el local de la Alianza Dominicana en Santurce, conocí a “Don Pachín”, -apodo por el que muchos lo conocen-, un prominente ingeniero dominicano con más de 50 años en la isla y que ha sido testigo de importantes procesos políticos y sociales aquí.
En sus palabras pude notar su pasión por lo que hacía, pero más que todo el gran amor que le tenía a esta isla. En ese momento, ya había desarrollado varios proyectos importantes y yo no tenía mucho tiempo de haber emigrado.
Más que todas esas construcciones, lo que realmente me impresionó de él fue escucharlo hablar de sus hijos y nietos nacidos en aquí, y de su respeto y admiración a esta tierra, sin olvidar sus raíces dominicanas, pues es un gran promotor de los valores y respeto a su patria.
Historias como las del ingeniero Francisco “Pachín” Ramírez son las que nos motivan, que te dicen que donde estés debes unirte, crear, trabajar, incluso cantar y bailar juntos.
El dominicano aquí siente su corazón dividido en dos; ama las dos islas.
La razón económica continúa siendo el principal eje conductor que lo impulsa a salir de la República Dominicana, aún a costas de arriesgar su vida en frágiles embarcaciones para lograr llegar a Puerto Rico en busca de ese, tan añorado “Sueño Americano”, que con la política migratoria de la actual administración en los Estados Unidos se ha tornado cada vez más difícil.
Mi alma se arruga cuando recibo la noticia de embarcaciones que zozobran en alta mar donde vienen tantas ilusiones que se quedan tronchadas.
De hecho, el mismo secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha dicho que emigrar es una de las decisiones más difíciles y llama a la protección y respeto para los inmigrantes en todos los derechos, consagrados enel Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
Quiero unirme a sus palabras e invito a nuestros hermanos puertorriqueños a hacer suyo este llamado, hoy más que nunca, donde la migración puertorriqueña también se ha acrecentado.