Casi tres años después de que el mundo conoció el video de un mono jugando ping pong con la mente, la empresa especializada en tecnología neural Neuralink, propiedad del empresario Elon Musk, habría alcanzado un nuevo hito en su carrera por crear una interfaz cerebro-computadora (BCI) que ayude a las personas a abordar ciertas discapacidades y también a “desbloquear el potencial humano del mañana