Los antidepresivos pueden reducir la empatía, a pesar de ser medicamentos que se utilizan, como su propio nombre indica, para tratar la depresión. En los últimos años ha aumentado de manera notable su consumo. Esto se debe, en parte, a que la incidencia de la enfermedad es cada vez mayor.
No obstante, este incremento también se debe a que estos fármacos tienden a usarse sin estar indicados ni prescritos. El problema es que son sustancias que pueden causar numerosos efectos secundarios.
Uno de ellos, descubierto hace poco tiempo, es que los antidepresivos parecen reducir la empatía. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre su relación con este hecho.
¿Qué son los antidepresivos?
Como acabamos de señalar, son medicamentos que se utilizan para tratar los síntomas de la depresión mayor. Su mecanismo de acción consiste en regular la concentración de ciertos neurotransmisores en el cerebro que se asocian a esta patología.
Los neurotransmisores son sustancias químicas que permiten la comunicación adecuada entre las neuronas. Los que suelen estar implicados en la depresión son la serotonina, la dopamina y la norepinefrina.
Los antidepresivos pueden ser de diferentes tipos, según el mecanismo por el que actúen o sobre el neurotransmisor que ejerzan su acción. Por ejemplo, en primer lugar encontramos a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Según el “Informe de utilización de medicamentos en España”, los ISRS son los más empleados en la actualidad. Esto se debe a que tienen menos efectos secundarios indeseados.
En líneas generales, los otros tipos son los siguientes:
- Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina.
- Antidepresivos tricíclicos: estos se emplean cada vez menos porque se relacionan con un mayor riesgo de efectos adversos. Sin embargo, tienen aplicaciones más allá de la depresión y también son útiles cuando otros antidepresivos fallan.
- Inhibidores de la monoaminoxidasa.
- Antidepresivos atípicos.
¿Para qué se utilizan?
Según el Consejo Editorial de Educación Pública del Royal College of Psychiatrists, la eficacia de los antidepresivos para tratar la depresión mayor está entre el 50 y el 65%. El problema es que, en muchas ocasiones, se utilizan sin estar indicados; por ejemplo, en casos de depresión leve o problemas anímicos superficiales.
No obstante, estos fármacos pueden ser útiles como tratamiento de otras patologías. Tienen prescripción para los ataques de pánico, para los trastornos obsesivos compulsivos y los de la conducta alimentaria (como la anorexia). Por último, pueden servir en casos de estrés postraumático o para aliviar el dolor crónico.
¿Los antidepresivos pueden reducir la empatía?
La empatía se define como la capacidad de percibir o compartir los sentimientos, emociones y pensamientos de los demás. En personas con depresión, esta cualidad se suele ver afectada. Así lo explican en la Revista de psicología y educación, debido a que la regulación emocional está alterada.
Lo que se desconocía hasta hace poco era que los antidepresivos también pueden reducir la empatía. Esto se convalidó gracias a una investigación realizada en la Universidad de Vien, aunque aún se requieren más estudios para penetrar en la asociación real.
En esta investigación estudiaron, en una primera instancia, cómo era la empatía en personas con depresión que no estaban bajo ningún tratamiento. Después de tres meses, volvieron a medir esta capacidad tras el final del abordaje con antidepresivos.
Lo que se observó fue que las personas tratadas no sufrían tanto al ver el dolor ajeno como lo hacían antes del tratamiento. El experimento se realizó mediante imágenes de resonancia magnética funcional, en las que se podía comprobar la actividad cerebral al poner vídeos o imágenes que deberían haber despertado empatía.
De esta manera, se sugiere que no solo la propia depresión tiene un impacto negativo sobre esta capacidad, sino que el mismo tratamiento para hacerle frente puede conllevar una disminución más notable de la empatía.
Otros efectos secundarios de los antidepresivos
Los antidepresivos son medicamentos con mucha utilidad terapéutica. No obstante, no son píldoras de la felicidad ni están exentos de reacciones secundarias. Además del posible impacto reduciendo la empatía, existen muchos otros efectos adversos que se relacionan con su uso.
Uno de los más relevantes es el aumento de los pensamientos suicidas. Puede ocurrir durante las primeras semanas de tratamiento, sobre todo en menores de 25 años y adolescentes. Por eso es muy importante llevar una vigilancia estrecha de estos pacientes.
Otros síntomas que aparecen con más frecuencia son las náuseas, los vómitos y las alteraciones del peso corporal. Según el antidepresivo que se esté tomando hay más tendencia al aumento de la grasa en el organismo. Por ejemplo, es algo esperable de los tricíclicos como la amitriptilina, tal y como explica la Clínica Mayo.
Muchas personas suelen quejarse de estreñimiento, fatiga y somnolencia. Sin embargo, otros pacientes refieren que padecen insomnio. También pueden provocar sequedad de boca e hipotensión.
Los antidepresivos son medicamentos que se utilizan para tratar los síntomas de la depresión mayor. Si bien es cierto que mejoran la calidad de vida de muchos pacientes, es importante saber que son fármacos que también presentan efectos secundarios.
Uno de ellos parece ser la disminución de la empatía, según lo que revelan nuevas investigaciones, aunque no contundentes. Lo que es esencial recordar es que estos fármacos deben ser tomados siempre con receta médica y, además, se debe realizar un seguimiento estrecho.